domingo, 4 de noviembre de 2012

IX Socialización Virtual


Su nuevo puesto era realmente diferente a lo que había hecho con anterioridad y estaba aprendiendo muchas cosas, esto lo emocionaba pues después de su último trabajo jamás pensó que volviera tomar algo con tanta felicidad y lleno de retos, los recuerdos de su pasado lentamente se iban disolviendo y además de todo esto, había un efecto motivador en el, más grande que todo lo que conocía o podía explicar.

Esa mujer había causado en él un cierto efecto que hacía de su vida una nueva aventura cada día, cada paso que daba y cada acción que realizaba, lo hacía pensando en ella, todo el día ella estaba en su mente, era ya una parte muy importante de su vida; sin embargo ella vagamente sabia de su existencia.

Esto hacia traer a su mente nuevos escenarios acerca de cómo platicar con ella como invitarla a salir, Como mostrarle que él era el hombre que ella había soñado toda su vida, que él lucharía por ella, que buscaría hacerla feliz cada día de sus vidas pues finalmente por ella, el daría todo.

Pero no podía hacerlo, bajo esa mascara de platicador, dicharachero, sociable y cómico muy en el fondo era solo un chico tímido atemorizado por todo lo que ocurría y si de mujeres se trataba era peor, había pasado mucho tiempo de su vida arriesgándose y buscando ser del agrado de muchas chicas, pero invariablemente salía con el corazón herido, nunca sabia realmente que decir, que hacer, solo en su mente él se entendía, pero estaba seguro de que si lograba de alguna manera atraer el corazón de una mujer nunca la dejaría ir.

Finalmente esto era lo que lo había traído a ese trabajo, y solo un verdadero amor podía hacer eso, y es que finalmente todo iba acomodándose, su nuevo trabajo era bueno, se despertaba con emoción cada día, y ella estaba ahí. Lo único que faltaba para completar el cuadro era que estuvieran juntos.

¿Qué pasaba por su mente? ¿Ella sabía realmente quien era él o solo tenía una vaga idea? ¿Ella lo aceptaría? Si tan solo tuviera una oportunidad. Pensó.

Quiso despejar un momento su mente y entro a una red social, veía lo que hacían sus amigos y algunas fotos cuando de repente a un costado de la pantalla apareció una compañera de trabajo, decidió mandarle una solicitud pues seguramente ella estaría en su lista de amigos. La solicitud no tardo mucho en responderse, ahora era tiempo de ver si estaba en sus amigos. Comenzó a buscar y eventualmente la hallo.

En su foto de perfil se veía sencillamente hermosa, mientras su cara era parcialmente ocultada por una flor que sencillamente palidecía al estar en la presencia de tan hermoso rostro y en un momento de locura le mando una solicitud de amistad, apenas se conocían y tal vez no era lo más apropiado pero sentía que debía hacerlo, tal vez era la única manera de conocerla mejor y aunque sea así podría hacerlo.

Su día continuo y el solo esperaba que ella aceptara su solicitud, mientras tanto el la veía a lo lejos como quien mira una bella estrella tan llena de luz pero tal lejos de un simple mortal. Su único consuelo es que al parecer nadie había notado que la observaba aunque también tristemente ella no lo había notado.

El trabajo siguió su curso, habían pasado casi dos días desde que le había mandado la solicitud y un día justo antes de salir a comer reviso su computadora cuando al fin vio que decía “Tu solicitud de amistad ha sido aceptada”. No podía haber leído algo mejor, su mente le decía: -¿Y crees que significa algo? ¡No seas ridículo!
Su corazón decía:-¡Este es solo el comienzo, algún día podrán estar juntos!

¡Ya me ha aceptado! Dijo con emoción. ¿Qué le escribo? Pensó mientras veía su monitor y sus dedos estaban listos para recibir las órdenes cual soldado esperando la dirección de su capitán. Pero no sabía que escribir, había tanto que quería decirle pero no se atrevía a poner nada. Después de un rato escribió: “Hola espero estés bien me alegra que hayas aceptado mi solicitud y espero de todo corazón que podamos conocernos mejor”. Ese conocernos mejor podría sonar muy directo, será mejor borrarlo. Pensó.

“Hola espero estés bien me alegra que hayas aceptado mi solicitud”. Sonaba bien pero ahora le faltaba algo así que decidió recortar el mensaje. “Hola espero estés bien”. Ahora sonaba mucho mejor pero no terminaba de convencerlo, tras un rato de deliberar que sería mejor termino escribiendo un escueto: “Hola” y un emoticón de carita feliz al lado. Así comenzaba una nueva etapa en su relación.

Cuando salió de trabajar y subió a su vehículo para no perder la costumbre pensaba en ella, ahora lo único que deseaba era llegar a casa y ver si ella le había escrito de vuelta. Siempre acostumbrara quitarse sus zapatos, y ponerse su pijama o alguna ropa cómoda para posteriormente ver la televisión. Pero eso había cambiado así que tal como llego se dirigió a la computadora, a su hola ella le había respondido con otro saludo.

-¿Y qué esperabas? ¿Alguna elaborada platica en base a una simple frase? ¡En verdad eres un tonto! Decía su mente.
-Es un juego, ella ha respondido debemos seguir el juego. Decía su corazón. “Hello” respondió el esperando tener suerte y que ella le escribiera en ese momento, espero cerca de dos horas tener respuesta, pero no fue así.

Merendó algo ligero se retiro a su habitación, vio un poco de televisión y durmió.
Cuando el nuevo día llego y salía para su oficina recibió una llamada.
-Diga. Respondió el.
-¡Mi estimado como estas! Dijo con entusiasmo la voz al otro lado del auricular pero él no le reconoció.
-¿Quién habla? Dijo algo molesto e intrigado a la vez.
-¿Qué pasa? ¿Has borrado a tu antiguo jefe y amigo? Un escalofrió recorrió su cuerpo, haciendo que esa burbuja en la que había estado viviendo se desvaneciera.