martes, 3 de mayo de 2016

El Atardecer en Bellas Artes


Metro Bellas Artes: Llamada así por estar situada en las inmediaciones del Palacio de Bellas Artes, uno de los más famosos e importantes edificios del Centro Histórico de la Ciudad de México. Representa una imagen estilizada del Palacio de Bellas Artes.

En la estación Bellas Artes se cruzan las Líneas 2 y 8 del metro, y esto junto a su céntrica situación, la convierte en una de las más transitadas.

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El calor abrazador de la primavera había llegado. El centro de la ciudad convergía entre el mar de turistas, comerciantes, estatuas vivientes, aztecas danzantes y organilleros. Algunos con prisa, otros disfrutando unos más trabajando pero era todo este folklore el que da la pauta a nuestra historia.

Entre la multitud se veía a una chica caminar, sola con sus pensamientos como si nadie más estuviera a su alrededor, su razón para estar en tan tumultuoso lugar era debido a que tenía el deseo de aprender la lengua coreana.

Merlina tenía una fascinación por la cultura y la gente de este país que la había envuelto y tenía en mente visitar este país; para realizar este sueño no sólo bastaba con conocer aparte de lo anterior la posición geográfica y los costos que esto implicaba si no también poder expresarse.

Llegar a un lugar donde todo es diferente y sólo tú eres el que parece no encajar, fue sin duda un motivo que le había hecho buscar un lugar en el cual aprender esta fascinante lengua, ese día en particular había salido muy contenta ya que su maestro la había felicitado por que ya alcanzaba el 60% del dominio de la lengua cuando la mayoría sólo estaban al 30% de la misma.

Ese deseo y entusiasmó le hacía disfrutar como nunca el caminar por las emblemáticas calles del centro histórico, con un paso relajado se dirigió al metro Bellas Artes para tomar su camino a casa, mientras cruzaba los torniquetes de la estación para entrar al andén un pequeño grupo de asiáticos pasaron a su lado. Aún que ella parecía estar desconectada de este mundo soñando y pensando en su futuro viaje les noto de inmediato.

Y cuál fue su sorpresa que como ella, ¡Se dirigían al mismo anden! mientras caminaban ella aumento la velocidad de su paso para emparejarse al de ellos, noto que por su forma tan particular de expresarse no sólo eran asiáticos si no que eran coreanos, justo el tipo de gente que le fascinaba.

Mientras disfrutaba de su compañía aunque ellos no le notaran comprendió mientras sacaban su mapa de estaciones del transporte colectivo que no sabían a donde se dirigían.  Ella podía comprender en cierta forma lo que decían y como se expresaban.  Pensó en hablarles, pero la sola idea le aterraba pues no dominaba completamente el lenguaje y temía que otros la vieran raro.

Ellos seguían discutiendo este tema, a pesar de venir de un país de proporciones parecidas al nuestro y también tener este sistema de transporte, las barreras del idioma y la cultura occidental los hacia dudar. Era el momento, tenía que hablarles o se lamentaría por no hacerlo. Se armó de valor y se acercó más y con un gran temblor en su voz dijo “annyeonghaseyo” que en español quiere decir. “Hola” el silencio se apoderó de la escena y los chicos coreanos voltearon a verle, Merlina se sonrojo al ver que  sus miradas se fijaron sobre ella. Le devolvieron los saludos algo impresionados.

Una vez que el incómodo momento paso para Merlina con nervios les intentó ayudar en su situación, ellos al ver su amabilidad e intento de ayudar empezaron a entablar la conversación, a veces entendía a las palabras que decían a la perfección pero en otras tenían que decirlo más lento o incluso completar el lenguaje con señas, pero una vez adaptados en poco tiempo Merlina y ellos estaban en el tren y en la dirección correcta, ella se sentía muy contenta de poder ayudar y entender lo que le decían.

Para Merlina parecía que el tiempo transcurría más rápido de lo normal y deseaba que este momento jamás terminara, la estación de su destino se acercaba y ella comenzó a sentir gran tristeza porque su lección en vivo y sus nuevos amigos pronto se alejarían, uno de ellos se le acercó y le pregunto que si en la siguiente estación bajaban. Con tristeza en su corazón dijo que si, mientras esto sucedía uno de ellos el cual respondía al nombre de Jang Geun Suk le pregunto que si ella les podía acompañar en su siguiente destino pues ya no querían perderse y habían encontrado en Merlina a una gran guía y traductora para su viaje.


Al escucharle decir esto a Geun Suk el rostro de Merlina se ilumino como un bello amanecer y con una gran sonrisa les respondió “myeon” que significa “si” cuando caminaba con ellos sentía como si sus pies hubieran despegado del piso y solo flotara, salieron de la estación y la luz del día que desaparecía se veía tan romántica como los Doramas que acostumbraba a ver. Y así caminaban juntos mientras se perdían en el atardecer

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